Llevar a cabo un proceso de coaching, en el cual el cliente deposita toda su confianza para poder llegar desde el estado actual hasta su nuevo estado, requiere que el coach, además de herramientas y conocimientos teóricos, cuente con habilidades suficientes para liderar el proceso de tal manera que:
- se genere una relación de confianza entre coach/coachee dentro de una relación profesional
- se le escuche de forma activa, sin juzgarle y respetando su confidencialidad
- se le ayude a reconocer sus objetivos, sus puntos fuertes y sus debilidades
- se le ayude a tomar decisiones fundamentadas y personales de acuerdo a sus posibilidades
- se le ayude a mantener una actitud positiva y una alta motivación al cambio
¿Y cuáles son estas habilidades?
Ten en cuenta que la característica básica de estas habilidades es que no se trata de rasgos de personalidad sino que pueden ser adquiridas a través del aprendizaje y se pueden mejorar con la práctica.
Habilidades comunicativas.
Se trata de una de las habilidades más importante para liderar procesos de coaching de forma exitosa.
Se trata de estrategias y conductas que nos permitan tanto enviar mensajes de manera correcta y que provoquen la respuesta deseada como habilidades de escucha activa que permitan reconocer qué siente el coachee, qué nos está demandando o qué necesita.
El coach debe no solamente escuchar el lenguaje verbal del coachee, sino que debe ser capaz de interpretar su lenguaje no verbal para no solo quedarse con las palabras sino para saber qué emociones transmite su cliente.
Habilidades sociales.
Es decir, habilidades que permiten entablar relaciones sociales efectivas. En el proceso de coaching las habilidades sociales nos permiten optimizar al máximo las interacciones con el cliente, generando el mínimo nivel de rechazo y consiguiendo los mejores resultados.
Una de las habilidades sociales más destacadas es la empatía. Ser capaces de ponerse en el lugar de la otra persona, poder entender su punto de vista, incluso cuando no lo compartamos, nos da una información muy valiosa para optimizar las interacciones, formular mejores preguntas, motivar, conocer sus motivaciones y sus miedos,…
Habilidades personales,
donde destacan tanto las relacionadas con la inteligencia emocional, como la habilidad para mantener y cultivar un buen concepto personal y profesional o el autodominio o control emocional, como las relacionadas con estrategias laborales, como habilidades de gestión del tiempo o gestión del estrés.