La sensibilidad al conflicto es una forma de planificar y evaluar los proyectos de intervención internacional que se llevan a cabo en contextos de tensión o de conflicto armado. Su función es analizar el contexto de paz y conflicto, comprender y anticipar la interacción entre la propia intervención y el contexto, y evitar los impactos negativos y maximizar los impactos positivos de las acciones emprendidas.
La sensibilidad al conflicto parte de la observación de que cualquier proyecto de cooperación internacional que se desarrolle en contexto de conflicto armado tiene repercusiones en tal contexto.
Se ha observado cómo, independientemente de que el proyecto sea exitoso o fallido en sus objetivos de desarrollo o de acción humanitaria, éste puede tener impactos constructivos o destructivos en el marco de conflicto en el que se lleva a cabo. Esto justifica, por tanto, que cualquier proyecto de cooperación internacional implementado deba tener una sensibilidad específica por el hecho de llevarse a cabo en un contexto de conflicto.
DIFERENCIAS ENTRE CONSTRUCCIÓN DE PAZ Y SENSIBILIDAD AL CONFLICTO
Simplificando la distinción entre construcción de paz y sensibilidad al conflicto se podría decir que la construcción de paz se refiere al qué (qué medidas se toman o qué resultados e impactos se consiguen para favorecer un contexto de mayor paz), mientras que la sensibilidad al conflicto se refiere al cómo (cómo tengo en cuenta que el proyecto se desarrolla en un contexto de tensión o conflicto).
Otra distinción entre las acciones de construcción de paz y la perspectiva de sensibilidad al conflicto es que la primera puede llevarse a cabo en cualquier contexto inclusive en aquellos sin conflictos violentos, mientras que la sensibilidad al conflicto solo toma sentido en contextos de tensión o de conflicto armado. Así, la sensibilidad al conflicto debe aplicarse no sólo en momento de conflicto armado abierto sino también en contextos de tensión por falta de gobernabilidad democrática, confrontaciones sociales, represión de minorías,… que, de no ser abordadas, puedan derivar en una escalada del conflicto.
En el lenguaje de la cooperación internacional, la construcción de la paz es una actividad especializada y la sensibilidad al conflicto es una orientación transversal y, en los debates internacionales sobre la cooperación para el desarrollo y la ayuda humanitaria se distinguen tres maneras de proceder en el contexto de conflictos:
- Actuación sensible ante conflictos (working in conflict) significa actuar de manera consecuente con las interacciones que se producen entre la cooperación para el desarrollo y los conflictos, y desarrollar estrategias para poder evitar o disminuir los efectos negativos de las intervenciones sobre el conflicto. Esto pasa por ejemplo cuando se incluye el enfoque de Acción Sin Daño en la planificación y la implementación del proyecto aunque en el mismo no se trate directamente el conflicto como tal. La actuación sensible ante un conflicto abarca también la planificación de situaciones de retiro para las organizaciones de cooperación en el caso de que el riesgo de seguridad se vuelva demasiado alto para los colaboradores.
- La gestión de conflictos (working on conflict) describe los enfoques de proyectos o programas cuyo objetivo es la disminución de las causas de conflictos, el impedimento de una resolución violenta de conflictos, la solución de conflictos o la consolidación de los procesos de paz. Estos son por ejemplo proyectos de educación para la paz, la promoción o creación de alternativas a la economía de guerra. Los proyectos de gestión de conflictos también utilizan las metodologías de actuación sensible ante conflictos para la evaluación de las interacciones entre el proyecto y el entorno conflictivo del proyecto.
- La no-consideración de conflictos (working around conflict) significa que las organizaciones que trabajan en un entorno conflictivo, no toman en cuenta interacciones eventuales entre el conflicto y su proyecto y el tema del conflicto no se considera. Por ejemplo, un proyecto de desarrollo rural que no tuviese en cuenta a la hora de planificar las intervenciones los conflictos previos existentes respecto a la propiedad de las tierras. Casi la totalidad de las ONG no permiten este enfoque en sus proyectos de cooperación.
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