¿Sabías que existe una predisposición genética en los humanos para desarrollar el lenguaje, permitiendo a los niños hablar de forma espontánea? A pesar de esta predisposición, la experiencia social es un punto clave para que se desarrolle de forma adecuada.
El lenguaje es un sistema de signos arbitrarios, estructurados a través de unas reglas que permiten combinar sonidos para formar palabras, palabras para formar frases y frases para expresar pensamientos y sentimientos. Es la base de la comunicación del ser humano y el medio más empleado.
Pero, ¿qué ocurre si vemos que el niño no se comunica de manera similar a otros niños de su edad? En este caso podríamos estar hablando de la existencia de problemas del lenguaje.
Problemas del lenguaje en niños
Hablamos de problemas del lenguaje cuando existe cualquier dificultad para darse a entender o comunicar su mensaje (lenguaje expresivo) o para entender el mensaje de otros (lenguaje receptivo). Se producen durante el periodo de adquisición del lenguaje oral y no son derivados ni están asociados a pérdidas auditivas, daño cerebral, déficit intelectual, etc.
Dentro de estos problemas podemos destacar:
- Retraso simple del lenguaje (RSL)
- Trastorno específico del lenguaje (TEL) o Disfasia
- Afasias
El retraso simple del lenguaje es uno de los problemas más frecuentes.
Retraso simple del lenguaje (RSL)
Es una disfunción en la que existe un desfase cronológico entre el lenguaje del niño y lo esperado según la edad, sin que exista un déficit intelectual, sensorial o motriz que lo justifique. Suele diagnosticarse entre los 2 y 6 años, que es la edad en la que el niño ya ha iniciado su aprendizaje del lenguaje.
Generalmente, aunque a un ritmo más lento de lo normal, evolucionan según los rasgos característicos de cada una de las etapas, por lo que el grado de afectación del retraso se considera leve, así como los trastornos asociados.
Este retraso puede afectar al desarrollo del lenguaje de manera global o solo a los aspectos fonológico, morfosintáctico y semántico, que son los más frecuentes. Lo más normal es que se presente como una insuficiencia del aspecto expresivo, comprensivo y articulatorio.
¿Cuáles son las características que debemos considerar para hablar de retraso simple del lenguaje en los niños?
Una premisa que se debe tener en cuenta es que desde los 3 años y medio, el niño sano ya domina la estructura fundamental de la lengua materna y la puede reproducir claramente. Este dato cronológico es básico para comprender que todo niño con retraso del lenguaje debe ser evaluado antes de esta edad clave.
A nivel expresivo destacamos:
- Aparición de las primeras palabras después de los 2 años de edad (diferentes de “papá” y “mamá”).
- Indicar una palabra para referirse a una idea después de los 3 años de edad (holofrase). Por ejemplo, decir mamá mientras señala el bolso de su madre.
- Utilizar el pronombre “yo” a partir de los 4 años de edad.
- Tener un vocabulario reducido con habla infantilizada y omisión de sílabas.
- El lenguaje telegráfico permanecerá más allá de los 4 años de edad. Por ejemplo, “mamá jugar”
- No expresar frases complejas, ni plurales ni conjugar correctamente los verbos entre los 4-5 años de edad. Tampoco expresar artículos ni pronombres posesivos.
- Su vocabulario se reduce a objetos del entorno y tienen dificultad para adquirir conceptos abstractos.
- Tener tendencia a compensar la expresión verbal deficiente y falta de vocabulario con mímica y gestos naturales.
A nivel de comprensión destacamos:
- Lagunas en las nociones espacio-temporales y en la distinción de colores.
- Dificultad en los aprendizajes escolares.
- Comprensión de situaciones concretas sólo de su entorno familiar.
- En rasgos generales, la comprensión es mejor que la expresión.
Cuando se ha detectado este retraso, la intervención resulta imprescindible para garantizar la mejora y la rápida recuperación del niño, pero…
¿Qué podemos hacer para que mejore?
Además de la intervención del logopeda, desde casa podemos colaborar:
✅ Evitando la sobreprotección: anticiparse a las demandas del niño o hablar por él son aspectos que debemos controlar para hacer que el niño se esfuerce por comunicarse. Hay que dejarle su tiempo para que se exprese e incentivar que pida lo que quiere a través del lenguaje oral. Para ello, se puede dejar juguetes u objetos que use habitualmente a la vista pero no a su alcance para que los pida.
✅ Estimulándolo: aquellos niños que están poco estimulados tienen un lenguaje más pobre. Hablar con él con un vocabulario amplio, leer cuentos juntos de manera interactiva, etc. serán actividades que favorezcan la mejora del desarrollo expresivo.
✅ Cuidado con los celos: en caso de que haya algún hermano pequeño, es frecuente que haya una regresión, sobre todo del habla, por lo que habrá que mantenerle la atención para darle su espacio y dedicarle su tiempo.
✅ No corrigiendo explícitamente: si alguna palabra la dice mal, no corregírsela de manera explícita, sino incluirla en una frase. Por ejemplo, si dice “cocholate” contestarle “ahora te doy un poco de chocolate”.
✅ Fomentando su autonomía: animar a que sea capaz de hacer cosas solo aumentará su autoestima y se sentirá seguro para expresarse sin temores.