El hambre, la falta de un hogar digno y la escasez de recursos para poder salir de una situación de pobreza pueden parecer algo lejano, pero son situaciones que se dan a diario en muchos lugares del mundo. Por ejemplo, en España se hizo público el 17 de octubre de 2019, Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, de cara a sensibilizar a la población, que hasta 12,3 millones de personas se encuentran en riesgo de pobreza o de exclusión social en el país. No obstante, estos datos han seguido aumentando de forma considerada a raíz de la pandemia mundial en la que actualmente nos encontramos.
Por otro lado, en 1945, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) promovió el establecimiento de lo que hoy entendemos como ONG y lo hizo con el objetivo inicial de permitir que ciertos grupos de interés internacionales y agencias independientes pudiesen asistir a sus reuniones y asegurarse así de que se estableciera un sistema apropiado de control y de equilibrio. Por tanto, las organizaciones no gubernamentales (ONG) son entidades de iniciativa social y con fines humanitarios, independientes de la administración y sin ánimo de lucro que buscan promover causas justas, recaudar fondos, dar voz y, en definitiva, ayudar y colaborar de una forma organizada y con conocimiento de causa para mejorar la realidad de los más desfavorecidos en cualquier rincón del planeta o de los problemas relacionados con los derechos de los animales, con el medio ambiente, etc.
Cada organización tiene una estructura distinta y funciona de un modo diferente, aunque el objetivo siempre sea el mismo en el fondo. Mayoritariamente, las ONG trabajan con personas voluntarias, pero hay algunas que recurren en mayor medida que otras a la contratación de profesionales y de especialistas para poder llevar a cabo su labor y ofrecer su ayuda con la mejor preparación, dedicación y logística posible. Del mismo modo, cada proyecto dentro de una ONG está orientado para poder ayudar en diferentes necesidades.
Pongamos como paradigma un ejemplo concreto que es muy habitual. A pesar de que en la actualidad son muchas las asociaciones y ONG que permiten apadrinar a un niño o a una niña, permitiendo así mejorar su realidad cotidiana y también la de su comunidad, este tipo de acciones se pusieron en boga hace más de 25 años. En consecuencia, apadrinar a un niño o a un grupo de niños es una forma de colaboración solidaria directa, a través de la cual se llevan a cabo proyectos de desarrollo integrales y, además, se establece un vínculo con el grupo de niños que viven en la zona donde se lleva a cabo el proyecto y sus familias.
Apadrinar a un niño es relativamente sencillo y aunque teóricamente la aportación económica que se realiza va destinada de forma íntegra a financiar los proyectos que se consideran prioritarios para mejorar los recursos que le afectan de forma directa en diferentes áreas de actuación, lo cierto es que algunas ONG han cometido fraude y desviación de fondos con el dinero recaudado. Uno de los casos más célebres fue el de Intervida con los niños y niñas apadrinados en Latinoamérica.
Un escándalo que estalló en el año 2003 a raíz de una denuncia anónima, que se dilató durante años en la justicia y en el que el dinero recaudado por el apadrinamiento de los niños de esta ONG, la más importante de España con una recaudación anual que llegó a alcanzar una cifra de más de 90 millones de euros, se destinaba supuestamente hacia actividades que no tenían nada que ver con el fin social de esta entidad como constructoras, bancos, colegios privados para élites o empresas farmacéuticas.
A pesar de que sus responsables fueron finalmente exculpados en 2012 y la organización cambió de nombre y pasó a manos de la administración con la sombra de la sospecha siempre de por medio, es un caso que pone de manifiesto lo importante que es que las ONG a las que donemos nuestro dinero transmitan confianza de forma permanente y se doten a sí mismas de mecanismos de control y de transparencia extremadamente minuciosos y revisables por todos.
Por otro lado, una persona también puede ser socio de una ONG y a través de cuotas periódicas ayudar a diferentes causas. Por ejemplo, algunas de las más habituales son:
- Causas de infancia: Fundamentalmente, se encargan de apoyar y sostener económicamente las condiciones de vida y las oportunidades de los niños y niñas, con mayor frecuencia en las zonas menos desarrolladas.
- Causas de ayuda humanitaria: Se enfocan en dar apoyo a las poblaciones afectadas por emergencias humanitarias y hambrunas o que tengan más probabilidades de sufrirlas en un futuro cercano o inmediato.
- Causas de educación: Se basan en apoyar a la infancia más vulnerable de nuestro país, pero también a sus familias a través de proyectos de innovación educativa, herramientas para la inserción laboral o la creación de redes de apoyo, entre otras.
- Causas relacionadas con la mujer: El objetivo primordial de estas causas es defender los derechos de las niñas y las mujeres en cualquier parte del mundo, sobre todo en aquellas en las que el papel de la mujer está más supeditado a la figura del hombre, y permitir que puedan ser ellas mismas las protagonistas de sus propias vidas.
A pesar de que las dudas, como hemos visto, pueden ser perfectamente razonables, cada vez es más común la excusa de “no dono porque no sé a dónde realmente va mi dinero”. Esto es debido a que actualmente hay diferentes organizaciones e instituciones que proporcionan información sobre las ONG, su funcionamiento y su impacto real en la sociedad.
En España, existe desde 2001 la Fundación Lealtad, la cual ha creado un sello de garantía que las ONG pueden solicitar a modo de acreditación si sus proyectos sociales cumplen con los requisitos y también una guía de transparencia y de buenas prácticas para todas las organizaciones solidarias en la que se ofrece información clave para ayudar a los donantes a realizar donaciones eficaces. En ella se analiza la gestión, la gobernanza, el uso de los fondos, la situación económica, el voluntariado y la transparencia de cada ONG. El fin es poder colaborar con garantía y realizar una donación eficaz y con la total seguridad de que el dinero llegará a su objetivo final y primordial.
Dentro de esta guía encontramos 9 principios de transparencia y buenas prácticas. Repasamos a continuación algunos de los más destacados:
- Misión clara y pública: Las ONG tiene que tener muy delimitados sus campos de actividad y sus correspondientes beneficios. Todas las actividades que se vayan a llevar a cabo, así como los proyectos, deben ser estudiados previamente y observar los posibles resultados.
- Planificación, seguimiento y orientación al Impacto: Una vez hayan estudiado los posibles resultados, deberán elaborar una planificación detallada con los objetivos que quieren lograr. Los resultados que posteriormente obtengan deberán ser redactados y publicados para que el potencial donante los pueda consultar.
- Financiación diversificada y transparente: Los ingresos que la organización no gubernamental reciba, deberán ser detallados por nombre del financiador y el importe recibido. Las organizaciones cuentan con una política de selección de entidades colaboradoras que contiene criterios que pueden ser positivos y/o excluyentes.
- Comunicación transparente y veraz: La organización debe contar con una página web propia donde se incluya información muy clara y explícita de los proyectos, la composición del órgano de gobierno y equipo directivo, etc. Además, todos aquellos donantes están en su derecho de saber qué imagen se refleja de la organización y a ser informados sobre sus actividades, beneficiarios y sobre la evolución de la entidad.
Pueden parecer aspectos muy básicos, sin embargo, hay muchas organizaciones que no cumplen con esta serie de características y por ello, cada vez más personas dudan y ponen el tela de juicio el hecho de donar a pesar de que pudiese entrar en sus planes en un primer momento o a pesar de sus intenciones solidarias. Hay que tener claro que el 100% de las cuotas no llegan a los niños, niñas o familias. A pesar de que la mayor parte sí van destinados íntegramente a los proyectos, hay una parte restante que se utiliza para gestionar esos fondos: personal cualificado, gastos de transferencias bancarias y administración, campañas publicitarias de sensibilización y de obtención de recursos…
Las preguntas más comunes, en este sentido, son: “¿A qué se dedica la ONG?”, “¿Adónde va el dinero exactamente?”, “¿Estoy ayudando de verdad?”, ¿Cómo puedo saberlo con toda la seguridad?”, etc. Hay que tener algunos aspectos en cuenta, que posiblemente nos ayuden a aclarar este tipo de dudas tan habituales e incluso lógicas:
- Piensa en las causas con las que te sientes identificado: En primer lugar, hay que considerar qué es aquello con lo que te sientes más identificado. Hay personas que consideran que ayudar a personas con enfermedades es muy necesario, otros que piensan en la educación de los niños por encima de todo, los defensores de animales… Todas son válidas y acertadas si tus valores e ideas defienden esa causa.
- Investiga sobre las ONG que defienden tu causa: Hay que informarse de lo que hacen y a qué fines concretos destinan el dinero de las donaciones. Es importante estar convencido e informado de que la asociación a la que vas a donar sea compatible con tus ideales y tenga proyectos en relación a lo que te gustaría cambiar.
- Pregunta a la ONG los beneficios concretos que vas a aportar con tu donación: Esta cuestión es el punto en el que más personas abandonan el proceso y desisten en su intención de colaborar con una ONG. La mayoría de los donantes quieren saber al cien por cien en qué lugar, comunidad, personas, actividades o aspectos concretos va a redundar y a tener un efecto positivo su dinero.
- Decidirse en la que más encaje con tus ideales e involucrarse: La decisión es la parte más importante y la que culmina todo el proceso. Una vez estés convencido de que tu aportación va destinada a aquello que quieres, que cumple con la filosofía de la asociación y que su forma de actuar es acorde a tus ideales, ya habrás encontrado la ONG perfecta.
En definitiva, lo que hay detrás de una ONG puede ser ambiguo y complejo debido a que se ven involucrados muchos factores diferentes. A pesar de que se puede ayudar de muy distintas formas, como a través del apadrinamiento o la donación de dinero de manera más genérica y a distintas causas, como por ejemplo la lucha contra el hambre, la promoción de la educación entre los niños y las niñas de países subdesarrollados que no tengan acceso a ella, la ayuda económica después de catástrofes naturales…, el temor a no saber dónde va a tener efecto tu dinero sigue estando presente entre muchos donantes potenciales debido a la gran desinformación que hay y al daño enorme que causan al resto de ONG aquellas que han actuado de una forma deliberadamente delictiva para desviar los fondos, enviados con toda la buena voluntad por parte de los donantes, hacia actividades especulativas o financieras que poco o nada tienen que ver con las organizaciones sin ánimo de lucro.
FORMACIÓN RELACIONADA: Curso de Intervención en Colectivos en Riesgo de Exclusión Social
Un comentario
¡Tu publicación fue una gran lectura! Disfruté especialmente la forma en que estructuraste tus argumentos, y los ejemplos que proporcionaste fueron muy útiles para comprender el tema.