Los mitos en la hipnosis proceden de varios siglos atrás, bien por interpretaciones erróneas o por creencias infundadas, y que nos pueden condicionar a no captar con claridad los conceptos fundamentales de la práctica de la hipnosis.
Con este artículo pretendemos normalizar los mitos de la hipnosis más comunes que suelen afectar a la comprensión y aceptación de esta técnica como herramienta terapéutica.
Mito 1: El sujeto hipnotizado es altamente sugestionable y puede hacer todo lo que le ordene el hipnotizador
La sugestión es una parte del proceso hipnótico, a la que se llega tras la fase de inducción, y a esta fase se puede acceder de modos muy diversos: por un objeto al que se le atribuye un poder hipnógeno como un reloj, por una mímica sugestiva o por un simple golpe de efecto como una palmada seguida de la palabra “sueño” que provoque en el individuo hipnotizable una interrupción de patrón y le haga entrar en estado de trance.
La sugestión no requiere ni siquiera la presencia del sugestionador; como ocurre en los casos de autosugestión, o en las hipnotizaciones a distancia por medio de una grabación o por medio del teléfono.
Es la fase de sugestión es dónde se le dan al hipnotizado una serie de “sugerencias” como su nombre bien indica, para que haga, sienta o perciba lo que el hipnotizador le dice.
Pero en ningún caso la sugestión podrá lograr que el sujeto haga cosas contrarias a su código ético o contrarias a las leyes de la naturaleza. No se puede conseguir que una persona vuele o anule la ley de la gravedad, como tampoco que levante un peso para el que físicamente no está preparado para soportar.
Lo más frecuente es que las sugestiones influyan sobre aspectos que de modo consciente no somos capaces de influir, como la digestión, la respiración, la temperatura corporal….. y también sobre la mente, potenciando factores psíquicos como la imaginación, la percepción sensorial o incrementando la memoria.
Es cierto que se pueden conseguir con sugestiones que una persona vea donde no hay o deje de ver donde hay, es lo que denominamos alucinaciones positivas o negativas, que revierten una vez anulada la sugestión, y no son sino fenómenos naturales de incremento de la imaginación.
Hemos de distinguir además las SUGESTIONES INTRAHIPNÓTICAS, es decir, las que suceden dentro del trance hipnótico, y las POSTHIPNÓTICAS que son las que se producen bajo una orden intrahipnótica, después de haber salido del trance y ante el efecto de un detonante precisado.
Por ejemplo: “Al despertar te sentirás muy tranquilo, y esa tranquilidad la llevarás contigo cada día hasta la próxima sesión….. y cada vez que lleves un vaso de agua a tu boca, te darás cuenta de que estás haciendo algo muy importante por ti mismo…… y el contacto del agua con tus labios te recordará que cada vez que bebes, estás aportando a tu interior algo que le es muy necesario…..y el hecho de beber agua te hace sentir que estás avanzando hacia tu estado deseado, sintiéndote cada vez más y más relajado y a gusto contigo mismo……”
Mito 2: La hipnosis consigue resultados poco menos que mágicos en el hipnotizado
Otra creencia a veces bastante extendida es que la hipnosis es una terapia (hipnoterapia), muy útil, rápida y eficaz, que no exige ningún esfuerzo por parte del cliente para cambiar de comportamiento.
La hipnosis no es una terapia en sí, sino una técnica que facilita el resultado de una intervención. Como otras formas de usar la sugestión, puede acelerar el tratamiento, disminuyendo el esfuerzo subjetivo de la persona. No obstante, el paciente debe implicarse activamente en el tratamiento para obtener los beneficios perseguidos.
La hipnosis es sólo una de las muchas herramientas de trabajo que el psicólogo o médico puede utilizar dentro del contexto terapéutico, si lo cree oportuno. La hipnosis no “cura” nada por sí misma, y nadie puede resolver con hipnosis aquello que no esté preparado para resolver sin hipnosis.
Por ello, solamente puede aplicar la hipnosis con garantías, un profesional debidamente titulado y capacitado para aquello que pretenda resolver, y siempre que esté expresamente cualificado, además, para la aplicación de las técnicas hipnóticas de sus pacientes.
Mito 3: Bajo estado hipnótico se puede acceder a vidas pasadas o contactar con personas fallecidas
Los fenómenos extraordinarios hipnóticos, revivición de vidas pasadas y otros hechos fuera de lo normal que a veces se describen como ocurridos bajo estado hipnótico, realmente no han sido comprobados por la ciencia, y ante ellos debemos guardar una cierta reserva cuanto menos.
El hecho de recordar vidas pasadas, hablar lenguas desconocidas u otros hechos paranormales intrahipnóticos aún sin negar la posibilidad de que hayan ocurrido en determinadas circunstancias, no es algo que sea fácil que suceda de modo habitual y hay aún mucho que averiguar sobre su génesis antes de emitir un juicio con suficiente validez científica.
Mito 4: La persona que entra en trance profundo no recuerda nada luego
Es cierto que puede darse en ciertas ocasiones una amnesia de lo sucedido durante el trance, bien bajo una orden del hipnotizador o de forma espontánea.
De todos modos no es algo que suceda de forma habitual salvo que se acceda a recuerdos traumáticos que estaban olvidados y que el inconsciente prefiere, para el beneficio de la persona, dejar en la zona no accesible desde la conciencia.
Si es muy frecuente en cambio que ocurra una distorsión temporal, ya que el sujeto durante el trance tiene la percepción de que pasa mucho menos tiempo del que pasa en la realidad.
Así cuando al terminar el proceso de trance abre los ojos y mira el reloj, tiene la sensación de que ha pasado mucho más tiempo de lo que pensaba: eso es una característica del estado de trance.
Mito 5: Puede suceder que el hipnotizado se quede para siempre en estado hipnótico
Uno de los mitos más extendidos, es el temor a no poderse despertar, que comentamos con anterioridad, lo cual es algo absolutamente infundado ya que lo único que puede suceder, y de hecho puede ocurrir fácilmente, es que el hipnotizado entre en un sueño fisiológico, del que despertará del mismo modo que despierta cada mañana tras el sueño nocturno.
Mito 6: El hipnotizado incluso fuera de la hipnosis, está por completo a la orden del hipnotizador
Muy frecuente también es el temor a caer bajo la influencia y poder del hipnotizador, incluso hay películas en las que se roban bancos bajo la influencia hipnótica de un terapeuta desalmado.
En ningún caso esto es posible, salvo que la persona hipnotizada lo consienta o sea algo que realmente desea hacer, ya que si el hipnotizador trata de inculcar una sugestión contraria al código ético del hipnotizado, éste directamente saldrá del trance y manifestará su disconformidad ante la orden expresada.
No obstante es cierto que la confianza en la persona con la que se está trabajando facilita mucho el rapport y por ello mejora los beneficios obtenidos de la terapia con hipnosis, por lo tanto es conveniente siempre tener la certeza de que el hipnotizador es una persona honrada y con experiencia profesional acreditada.
Mito 7: Todo el mundo no es capaz de aprender a hipnotizar
Otro mito que la gente suele tener es que el hipnotizador debe tener una serie de poderes. Tampoco es cierto. A hipnotizar se aprende como se aprende a conducir.
Diferente es que luego seas Fernando Alonso o un conductor del montón, pero cualquier persona normal es capaz de adquirir las nociones básicas para conseguir hipnotizar a otra.
Es cierto que el hipnotizador debe reunir una serie de requisitos que facilitarán su técnica como es una buena dosis de confianza en sí mismo y un notable poder de persuasión. Luego hay que diferenciar aquellos que usan la hipnosis con fines puramente lúdicos o comerciales como puede ser la hipnosis de espectáculo, de aquellos que buscan hacer terapia bajo estado hipnótico, para lo cual, aparte de saber inducir el trance, hay que disponer de los recursos necesarios o bien para hacer un espectáculo digno de admiración como el de cualquier buen artista, o para facilitar el que la persona que consulta por un problema psicológico, ponga en juego todo su potencial de recuperación y consiga salir de dónde se encuentra.
Y eso indudablemente requiere una formación en dominar el espectáculo en el primer caso, o en el caso de la hipnosis terapéutica, haberse formado en psicología o psicoterapia.
Pero el poder inducir un trance hipnótico es algo que supone simplemente dominar una técnica, y del mismo modo que cualquier otra disciplina, la puede llevar a cabo quien aprenda los pasos a seguir.
Mito 8: Hay personas a las que no se les puede hipnotizar
Otro mito es que hay personas “no hipnotizables”. Podemos decir que en condiciones normales prácticamente todas las personas son susceptibles de poder acceder a un estado hipnótico, salvo que tengan alguna mental que lo desaconseje, como es el caso de la esquizofrenia.
Es cierto sin embargo, que no todas las personas tienen la misma facilidad para entrar en hipnosis, pero contrariamente a lo habitualmente creído, son las personas más intelectuales y más dadas a trabajar con la mente, las que más fácilmente entran en trance.
Indudablemente partiendo de la base de que “toda hipnosis es autohipnosis”, nadie puede ser hipnotizado en contra de su deseo ya que basta con que no siga las sugestiones para anular la posibilidad de entrar en trance.
Como hemos visto estos son algunos de los mitos de la hipnosis más comunes pero nos gustaría saber si conocer alguno más o si con este post hemos conseguido desmitificar alguno de ellos.
2 respuestas
No quiero resultar impertinente y no sé si es por el navegador, pero ¿habéis considerado la opción de cambiar la tipografía de vuestra web con el ánimo de que se lea mejor lo que publicáis? Gracias por la atención y espero que sirva de algo
Muchas Gracias Angela por tu comentario. Estamos abiertos a cualquier tipo de mejora, así que estaremos atentos! Un saludo!