En pleno siglo XXI existe una realidad que cada vez se hace más patente entre los adolescentes, y que afecta en especial al género femenino. Se trata de los trastornos de la conducta alimentaria (conocidos por las siglas TCA), que tienen su origen en componentes biológicos, psicológicos o familiares, y dependen en gran medida del entorno sociocultural. Además, son difíciles de detectar, por lo que no existe un consenso adecuado en cuanto al porcentaje de afectados en el total de la población española.
Según datos de la ACAB (Asociación contra la Anorexia y la Bulimia), hasta un 5% de los jóvenes entre los 12 y los 18 años podrían sufrir algún tipo de alteración en la alimentación, que debe ser detectada a tiempo para su correcto tratamiento. Entre los trastornos más comunes destacan por su impacto y expansión la anorexia nerviosa y la bulimia (que afectan en un 90-95% de los casos a la población femenina), pero también se incluyen el trastorno por atracón, el trastorno de conducta alimentaria no especificado y otros tipos de trastornos.
Estas alteraciones han sido reconocidas por la OMS dentro de la categoría de trastornos mentales y de comportamiento, y los centros españoles van implementando poco a poco nuevas unidades especializadas en el tratamiento de trastornos de la conducta alimentaria, como la del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa en Zaragoza. Según palabras de Pedro Ruiz (jefe de la sección de psiquiatría infanto juvenil del citado hospital) para un medio local: “Hemos llegado a los niveles máximos de incidencia de los TCA, con un incremento de 110 casos nuevos en 2013 en menores de 18 años, 116 en 2014 y 111 en 2015”.
Ante estos datos tan significativos, cabe preguntarse el porqué de este aumento. Uno de los factores que más inciden en la actualidad está estrechamente relacionado con el proceso de intercambio de información continuo al que se ven sometidos los adolescentes. Con la llegada de internet surgen unos nuevos modelos de conducta que se añaden a los medios de comunicación tradicionales.
Los medios de comunicación y las redes sociales: un campo de cultivo ideal para futuros casos de TCA
Los cánones de belleza siempre han sido cruciales a la hora de determinar el comportamiento de los jóvenes, en especial durante la adolescencia. Con el avance tecnológico de las últimas décadas han llegado muchas ventajas, pero a la vez, han surgido nuevos problemas e inconvenientes. En el campo de los TCA, la tasa de incidencia de algunos casos se ha visto incrementada por la exposición masiva de los jóvenes a las redes sociales y los medios de comunicación de masas.
En este sentido, son interesantes los datos que nos proporciona el estudio sobre la influencia de Internet en el contexto de los medios de comunicación para la anorexia y la bulimia, publicado en la web del Observatorio de la Infancia en Andalucía. Mediante distintas técnicas y pruebas, los expertos llegan a la conclusión de que a partir de los 16 años, la televisión deja paso a internet como medio de preferencia para los adolescentes, llegando a convertirse en el principal factor de riesgo o refuerzo ante la aparición de trastornos.
Dentro de las redes sociales, los adolescentes son bombardeados por publicidad y estereotipos asociados a la moda, que están representados por distintas marcas y artistas, y apoyados por las publicaciones de los llamados influencers, que dictan los cánones relativos a la forma de vestir, y sirven como modelo estético para millones de jóvenes y adultos.
Este poder de influencia tan grande se ve agravado por el hecho de que hasta el 90% de los niños de 14 años en España ya hacen uso de internet en su Smartphone, por eso se hace imprescindible recordar que hasta los personajes más famosos han pasado por momentos muy duros al enfrentarse a distintos tipos de TCA.
¿Sabías que estos famosos fueron víctimas de un trastorno alimentario a lo largo de sus vidas?
- Lindsay Lohan: la famosa actriz llegó a perder más de 15 kilos por las presiones ejercidas desde la industria cinematográfica con respecto a los cánones de belleza, llegando a superar una dura etapa de anorexia.
- Elton John: durante la época de los 90, este aclamado músico pasó por un momento muy delicado, agravado por el consumo de drogas, y desarrollando como consecuencia un cuadro serio de bulimia.
- Lady Gaga: además de cantante, es un icono en el mundo de la moda. Llegó a confesar ante los medios que ha padecido anorexia y bulimia desde su adolescencia, a los 15 años. En sus declaraciones criticaba duramente el modelo de belleza establecido.
Como hemos podido comprobar, la incidencia de los medios contribuye en parte a incrementar los casos de trastornos alimentarios, que pueden ser detectados tanto en casa como en los centros educativos. Por este motivo, resulta de especial interés el conocimiento de unas pautas básicas para que padres y educadores sean capaces de prevenir las posibles alteraciones a tiempo.
Controlar el trastorno desde sus inicios: ¿cuáles son las señales que ayudan a prevenir e identificar los TCA?
Uno de los mayores riesgos que entrañan los trastornos de la conducta alimentaria se relaciona con el hecho de que son los propios pacientes los que niegan o no tienen conciencia de su enfermedad. Muchos de estos comportamientos empiezan siendo problemas derivados de una falta de autoestima, de la incidencia de los cánones de belleza actuales (publicitados a diario en la red y otros medios), y de la actuación y control familiar, pero, ¿cuáles son las principales señales que nos advierten de un posible trastorno?
5 señales de alerta para detectar un TCA a tiempo:
- Inicio de una dieta restrictiva por parte del niño y/o adolescente.
- Gran preocupación por el peso y la figura, con conductas negativas con respecto al propio cuerpo.
- Cambios en la forma de vestir, con preferencia por la ropa holgada y oscura.
- Cambios de humor, irritabilidad, depresión, etc.
- Pérdidas o ganancias bruscas de peso.
A la hora de la verdad, tanto niños como adolescentes pasan más tiempo en las escuelas que en casa, por lo que gran parte de la educación en materia de prevención y nutrición recae en los profesores y especialistas que trabajan en los colegios. En este sentido, uno de los grandes avances llevados a cabo por el Ministerio de Sanidad ha sido la implantación de la llamada estrategia NAOS, vigente desde 2005 y consolidada por la Ley 17/2011, de 5 de julio, de seguridad alimentaria y nutrición. Dentro de este marco se encuadra el programa Perseo, que incluye una guía práctica para orientar a todos los Centros de Formación Primaria a la hora de aplicar medidas relacionadas con el deporte y la alimentación saludable.
La importancia de una formación previa para reaccionar ante los casos de TCA
Debido al aumento creciente de los trastornos alimentarios entre la población joven, surge la necesidad de un nuevo tipo de formación, que permita identificar cada caso concreto para poder aplicar un seguimiento que derive en la atención de un profesional, si fuera necesario.
Tal y como recomienda Enrique Armengou, Director Médico de la fundación ABB: “Es importante tener una educación que tenga en cuenta las emociones, con una autoridad dialogante…”.